Todos los ingredientes utilizados en el suministro de alimentos y bebidas no alcohólicas en América Latina —incluidos los colorantes, que forman parte de los aditivos alimentarios autorizados— han sido evaluados por autoridades científicas regionales y globales para garantizar su seguridad para el consumo humano. En este marco, los aditivos son aprobados para consumo humano por el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA, por sus siglas en inglés), de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO). Esto significa que especialistas acreditados por las máximas autoridades mundiales en salud y alimentación realizan evaluaciones científicas internacionales sobre todos los aditivos alimentarios y garantizan su seguridad. Así lo dio a conocer en un comunicado la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas (ALAIAB), asverando que “nuestra industria cumple rigurosamente con las especificaciones establecidas por normas internacionales, como el Codex Alimentarius, dependiente de la OMS y FAO”. Asimismo, agregaron, todos los aditivos —naturales y sintéticos— son también revisados y regulados por agencias nacionales competentes. Este sistema multinivel de evaluación y regulación garantiza la seguridad de los alimentos y las bebidas. Aspectos críticos: La evaluación de los aditivos alimentarios contempla diversos aspectos críticos, tales como la toxicidad, la determinación de la ingesta diaria admisible (IDA), los niveles de pureza, los usos específicos autorizados y la regulación continua, siempre conforme a estándares internacionales. Por ello, cualquier cambio o revisión normativa debe basarse en la ciencia objetiva y en los conocimientos más actualizados, con el objetivo primordial de proteger la salud del consumidor. En ese sentido, ALAIAB señala que es importante que cualquier revisión regulatoria relacionada con ingredientes previamente aprobados se base en procesos técnicos rigurosos consistentes y alineados con principios reconocidos internacionalmente. De igual forma consideran valioso abordar estas decisiones técnica y coordinadamente para evitar generar percepciones erróneas que puedan provocar incertidumbre en la población. Fuente: Publimetro
La venta informal de comida en las calles se ha convertido en la fuente de ingresos de muchas personas, que ofrecen variedad de platos o alimentos a los que muchos optan en medio de su jornada ajetreada. Sin embargo, el gobierno le ha puesto foco en la salubridad de este negocio y sus implicaciones para las personas. Si bien algunos no resisten la tentación de comer en la calle o darse un gusto ocasional, son varios los motivos para evitarlo, de acuerdo con la reciente advertencia que realizaron desde el Gobierno de Chile . “Comprar y consumir alimentos de venta ilegal es un riesgo para tu salud”, expresaron las autoridades quienes enumeraron al menos cinco razones para no comprar comida callejera en puestos ilegales. Falta de higiene: Muchos vendedores preparan comidas sin condiciones sanitarias adecuadas y manipulan dinero u otros elementos propiciando contaminación. Procedencia desconocida: No se sabe cómo se conservaron los alimentos ni cómo fueron transportados. Riesgo de enfermedades: Pueden incluir microorganismos causantes de intoxicaciones, gastroenteritis, hepatitis A y otras patologías gastrointestinales. Falta control y fiscalización: Los vendedores ambulantes ilegales no están sujetos a inspecciones, por lo que no se garantiza seguridad ni calidad alimentaria. Son alrededor de 2,5 millones de trabajadores informales en Chile, muchos dedicados a la venta de comida durante buena parte del día y en sitios concurridos. No todos apoyan esta actividad vinculándola además con la situación inseguridad. Los puestos no legales generan competencia desleal al no pagar impuestos según el gobierno. Fuente: Publimetro
Todos los ingredientes utilizados en el suministro de alimentos y bebidas no alcohólicas en América Latina —incluidos los colorantes, que forman parte de los aditivos alimentarios autorizados— han sido evaluados por autoridades científicas regionales y globales para garantizar su seguridad para el consumo humano. En este marco, los aditivos son aprobados para consumo humano por el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA, por sus siglas en inglés), de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO). Esto significa que especialistas acreditados por las máximas autoridades mundiales en salud y alimentación realizan evaluaciones científicas internacionales sobre todos los aditivos alimentarios y garantizan su seguridad. Así lo dio a conocer en un comunicado la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas (ALAIAB), asverando que “nuestra industria cumple rigurosamente con las especificaciones establecidas por normas internacionales, como el Codex Alimentarius, dependiente de la OMS y FAO”. Asimismo, agregaron, todos los aditivos —naturales y sintéticos— son también revisados y regulados por agencias nacionales competentes. Este sistema multinivel de evaluación y regulación garantiza la seguridad de los alimentos y las bebidas. Aspectos críticos: La evaluación de los aditivos alimentarios contempla diversos aspectos críticos, tales como la toxicidad, la determinación de la ingesta diaria admisible (IDA), los niveles de pureza, los usos específicos autorizados y la regulación continua, siempre conforme a estándares internacionales. Por ello, cualquier cambio o revisión normativa debe basarse en la ciencia objetiva y en los conocimientos más actualizados, con el objetivo primordial de proteger la salud del consumidor. En ese sentido, ALAIAB señala que es importante que cualquier revisión regulatoria relacionada con ingredientes previamente aprobados se base en procesos técnicos rigurosos consistentes y alineados con principios reconocidos internacionalmente. De igual forma consideran valioso abordar estas decisiones técnica y coordinadamente para evitar generar percepciones erróneas que puedan provocar incertidumbre en la población. Fuente: Publimetro
La venta informal de comida en las calles se ha convertido en la fuente de ingresos de muchas personas, que ofrecen variedad de platos o alimentos a los que muchos optan en medio de su jornada ajetreada. Sin embargo, el gobierno le ha puesto foco en la salubridad de este negocio y sus implicaciones para las personas. Si bien algunos no resisten la tentación de comer en la calle o darse un gusto ocasional, son varios los motivos para evitarlo, de acuerdo con la reciente advertencia que realizaron desde el Gobierno de Chile . “Comprar y consumir alimentos de venta ilegal es un riesgo para tu salud”, expresaron las autoridades quienes enumeraron al menos cinco razones para no comprar comida callejera en puestos ilegales. Falta de higiene: Muchos vendedores preparan comidas sin condiciones sanitarias adecuadas y manipulan dinero u otros elementos propiciando contaminación. Procedencia desconocida: No se sabe cómo se conservaron los alimentos ni cómo fueron transportados. Riesgo de enfermedades: Pueden incluir microorganismos causantes de intoxicaciones, gastroenteritis, hepatitis A y otras patologías gastrointestinales. Falta control y fiscalización: Los vendedores ambulantes ilegales no están sujetos a inspecciones, por lo que no se garantiza seguridad ni calidad alimentaria. Son alrededor de 2,5 millones de trabajadores informales en Chile, muchos dedicados a la venta de comida durante buena parte del día y en sitios concurridos. No todos apoyan esta actividad vinculándola además con la situación inseguridad. Los puestos no legales generan competencia desleal al no pagar impuestos según el gobierno. Fuente: Publimetro